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¿Duelo o depresión?

En ocasiones se nos hace difícil distinguir entre un largo proceso de duelo por una pérdida o una ruptura y un estado depresivo. En estos casos es bueno preguntarnos ¿Hay dificultad para desarrollar una vida cotidiana sin mayor problema más allá de ese poso de tristeza? ¿Hay algún momento de distensión y alegría? ¿Se dan problemas para conciliar y/o mantener el sueño?

Estas primeras preguntas nos podrán poner un poco más en alerta de qué terreno estamos pisando o por lo menos sobre la gravedad del tema. Por que hay que recordar que los mecanismos neuróticos y las dolencias de este tipo no dejan de ser (en terminología Gestalt) ajustes creativos a alguna vivencia que nos alcanzó sin mejor respuesta que el aislamiento y la tristeza.

Normalmente la depresión tiene que ver con la incapacidad de relacionarnos abiertamente con las personas porque de fondo hay un autoconcepto depreciado.

Trabajar pues desde ahí parece que muchas veces es lo indicado, aunque hay que hacerlo con mucho tacto y desde manos experimentadas en ese camino.

Cuando, llenos de buena voluntad, familiares, amigos o parejas se auto atribuyen la capacidad de hacer acompañamiento en solitario suelen caer en tópicos que retraumatizan más que ayudan. Frases como “No te lo tomes así” “Verás como todo pasa.” “Ya deberías tenerlo superado” “Tampoco es para tanto” forman parte de un dialogo hiriente que no procede.

Contrariamente a veces incluso es bueno acompañar primero la aceptación de “lo que hay” para ponerle foco y conciencia, siempre que no lo confundamos con reforzar conductas que potencian ese estado. En este sentido, hay que recordar que aceptación es a conciencia lo que refuerzo es a conducta.

En cualquier caso, tengamos claro que nos estamos metiendo en terreno complicado. Los autodiagnósticos no ayudan y sin un buen profesional que nos advierta desde fuera andaremos perdidos tanto en la distinción como en la prescripción.

Desde un punto de vista algo más especulativo sí que podríamos añadir que duelo y depresión nos llevan a la tristeza, pero mientras el primero es camino a la aceptación y la compasión, la segunda nos hunde en la desidia y el desamor.

Foto de Kristina Tripkovic en Unsplash

 

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  1. Saludos Manuel

    en esta ocasión no estoy en condiciones de hacer comentarios, desconozco el tema…por mi trabajo he conocido a muchas personas a las que les han diagnosticado trastornos depresivos en diversos grados, desde trastorno ansioso-depresivo a depresión mayor recurrente de largos años de evolución, y no he sabido detectar en esas personas un sentimiento de tristeza…más bien, y especialmente cuando va ligado a un diagnóstico de fibromialgia o de síndrome de fatiga crónica, observo enfado, indignación, porque ¿cómo no ven qué mal que estoy?
    Escribiendo estas líneas he empezado a preguntarme si la depresión existe como tal o es un invento de la psiquiatría…el círculo vicioso que se genera cuando alguien se siente anímicamente mal, lo que no se permite en esta sociedad en el que no ser feliz es ser un fracasado, se le somete a un tratamiento que conlleve o no fármacos, le está informando de que está enfermo, de que no puede sentirse así, no puede tener malos momentos…y, como es frecuente, cuando toma fármacos ya genera una dependencia…he oído a tantos quejarse de los medicamentos y cuando les digo que no se los tomen, me contestan, mirándome asustados, que no pueden, que el médico les dice que los han de tomar…

    La psiquiatría es la rama de la medicina que ha creado las enfermedades que trata, al menos en lo que respecta a la conversión de estados de ánimo en enfermedades (depresión, ansiedad…)

    Mira, como quien no quiere la cosa, al final sí que tenía algo que decir, jajaja, me he sorprendido y todo, mientras que lo leía me parecía uno de esos temas que me dejan fría, y resulta que no, ¡qué gracioso!

    Apa, bona nit Manuel

    1. Gracias Meri por tu fiel lectura y comentario.
      Creo que tienes parte de razón. A mi también me gusta ser tajante en mis opiniones, pero con los años he aprendido a moderarme. Jjejej
      Creo que aciertas cuando dices que estamos en una sociedad que premia en exceso la queja y el victimismo, pero no quisiera que pagaran justos por pecadores, la depresión es un tema serio que debe ser tratado con rigor y sabiduría. Otra cosa es que los procesos se alarguen innecesariamente y/o que la medicación pretenda sustituir el acompañamiento y supervisión especializada.
      En fin, que nuevamente compartimos (aunque sea en parte) punto de vista. Me alegro. Un placer.