El proceso de la presencia.
Hace ya más de quince años que se publicó “El proceso de la presencia” de Michael Brown. En su momento se puso algo de moda y yo la verdad es que tardé en leerlo. Cuando lo hice ya estaba en la 9ª edición. Esta semana
Hace ya más de quince años que se publicó “El proceso de la presencia” de Michael Brown. En su momento se puso algo de moda y yo la verdad es que tardé en leerlo. Cuando lo hice ya estaba en la 9ª edición. Esta semana
Dado que no nos cansamos de repetir que la felicidad no hay que buscarla en el resultado sino en el proceso, parece que el secreto deberá estar entonces en aprender a capear los contratiempos transformando la triste resignación en gozosa aceptación. Siguiendo el guion del
A raíz de la lectura este libro de Kieran Setiya me vuelve a tentar el escribir sobre la soledad. Aunque, de hecho, el 80% de este post es atribuible a sus reflexiones. Y es que estas trascienden en mucho el tópico de que no es
Si descartamos a los “perseguidores”/castigadores de comunicación imperativa o invasiva, a los “salvadores” de lenguaje seductor o paternalista, y a los “victimistas” de discurso manipulador y largos silencios pasivo-agresivos, no queda títere con cabeza. Pero hoy quisiera poner el foco en estos últimos, aunque soy
¿Te imaginas qué pasaría si perdieras la memoria por completo? No saber lo que te gustaba y lo que no, lo que creías cierto y lo que no, lo que te identificaba con tu nombre y personalidad… y lo que no. Estamos convencidos de que
Dice el dicho que la confianza da asco, pero yo me digo a mí mismo, si la confianza da asco, la desconfianza da pavor. Nos han introyectado la necesidad de controlarlo todo, de tenerlo todo controlado, y eso, sin duda, lleva asociada una ansiedad sólo
Cada día que pasa siento mayor aversión a las idealizaciones. Y es que de las idealizaciones nacen las ideologías y su “consecuente” proselitismo, pero también las expectativas y su “consecuente” desengaño. Es un pez que se muerde la cola. Vivir en la desazón nos lleva
Si bien es cierto que cuando hay vocación la convicción es obligada, y, consecuentemente, el esfuerzo debe estar presente, en la mayoría de las ocasiones, la lucha encarnizada es un absurdo despilfarro del ego. Me explicaré. A falta de un dictado en firme de nuestro
Releía este verano a Irvin Yalom en Love´s Executioner contando cuán difícil es tratar a un impaciente enamorado. Y es que es cierto, hay en la terapia un instinto asesino de esa fantasía amorosa tan placentera, porque el tema va de perseguir la autenticidad, y
Hay muchas palabras y frases que de tanto usarlas van perdiendo su sentido original y se tornan, no un mantra, sino una cantinela intrascendente. Así ocurre a mi modo de ver con el amor, con el “Te quiero”, con el “Vivir el presente, el aquí