Pasar a la acción

Pasar a la acción no es fácil. Ya nos lo advierten los arquitectos: el papel lo aguanta todo, lo difícil es levantar el edificio. Pero también los terapeutas sabemos de esa dificultad. Dicen que uno se hace terapeuta porque con una terapia no tuvo suficiente. Y es que, sea uno quien sea, sabe que del dicho al hecho hay buen trecho.

Saber poner en práctica ha sido siempre un tema de alto interés para mi y, consecuentemente he procurado leer todo lo que ha caído en mis manos sobre ese tan necesario aprendizaje, desde Covey hasta Clear, pasando por Tony Robbins… Si bien no puedo negar que he aprendido mucho de todos ellos, poco es lo que he podido llegar a aplicar. Reflexionando de nuevo ahora con total honestidad, me dispongo a resumir en tan solo cuatro puntos “lo que me he llevado” de tanta lectura, que quizás no sea poco, porque como dicen también los sabios: “lo bueno si breve, doblemente bueno.”

Pues bien, para empezar con buen pie he titulado este “método” IPPA a modo de ánimo para emprenderlo. La secuencia es la siguiente:

• Una buena idea de cambio sólo es un gran hallazgo si no se torna un “ya me pondré a ello más tarde” ni un “estoy en ello, cuando no dejo de estarlo”. Un propósito de cambio vale su peso en oro si se instituye como punto de inflexión: desde este momento todo ha cambiado, porque no hay vuelta atrás. El ritmo será el que sea, pero no habrá dos pasos atrás, y si lamentablemente hay uno, NO habrá otro que le siga de inmediato.
• Ya lo decía Steve Jobs “Yo nunca vengo con una idea, siempre voy con un proyecto” La idea es semilla, pero sin un buen terreno de compromiso en el que enraizar, se la llevará el viento. Hay que concretar ETAPAS: Fases, Metas volantes, Plan de desarrollo…
• Preparación. Imprescindible. Fijo que habrá contingencias a las que inevitablemente deberemos hacer frente: Duelos, Momentos críticos, “Sorpresas más o menos esperables”… ¿Tenemos Plan B. C..? ¿Qué ESCENARIOS contemplamos y qué respuestas nos damos en cada caso?
• Acción. Llegado el momento de la verdad hay que tenerlo todo estudiado. ¿Qué me va a facilitar el éxito? ¿Qué va a dificultar el caer en la tentación? (“Puedo resistirlo todo menos la tentación” decía Oscar Wilde) Y finalmente si interviene la comunicación en mi proceso de cambio (siempre interviene, porque si no es con el otro es con nuestro propio Pepito Grillo) también será básico el saber equilibrar la Empatía/Compasión con la Asertividad/Claridad.

En fin, si ya has tomado conciencia de tu necesidad, si ya sabes que cambiar conlleva cruzar una brecha de desaliento en la que el esfuerzo no se corresponde con las primeras expectativas de resultado, y a pesar de ello quieres cambiar, necesitas cambiar, te recomiendo el “método IPPA”. Aupa ahí!!

Foto de Mattias Olsson en Unsplash