Skip links

¿Eres adicto al insight o un pollo sin cabeza?

Personalmente considero muy cierto que no se debe generalizar, simplificar ni clasificar a las personas. Cada uno es como es, único en su dificultad. Pero eso no quita que haya algunos rasgos especialmente definitorios.

Hablando de dificultades me encanta la diferenciación que separa los que somos “adictos al insight” (como decía Claudio Naranjo) enganchados a la profunda reflexión por encima de la decisión, de quienes son más propensos a la acción sin ton ni son, conocidos popularmente como “pollos sin cabeza.” No creo que unos seamos mejores que otros, pero sí que es bueno saber de qué pie cojeamos.

Otra distinción que también me parece interesante; esta más formalmente reconocida y metodológicamente desarrollada, es la que enfrenta quienes están orientados a las personas y el buen ambiente, de quienes se rigen principalmente por el cumplimiento de la tarea y los resultados. Los primeros ponen el acento en la confianza, la aceptación y el dejar fluir las cosas. Los segundos, contrariamente, ponen más énfasis en el control, la ambición y el progreso.

Y si a ese eje le añadimos otro perpendicular, enfrentando la gente extrovertida y asertiva a la que es más introspectiva y complaciente, ya tenemos cuatro tipologías para un retrato robot bastante ajustado. En este último eje se oponen los abiertos “hunters” (cazadores, orientados al placer y con tendencia a sobrevalorar los éxitos) a los más silenciosos “farmers” (granjeros preocupados por la seguridad y el no dolor con tendencia a devaluar las opciones de más riesgo)

Todo ello confluye en las cuatro tipologías ya mencionadas que en la jerga profesional se etiquetan como:

  • Socializadores con tendencia a animar o… a manipular. Mientras huyen del conflicto a través de la fantasía.
  • Organizadores con tendencia a dirigir o… a imponer. Mientras huyen del conflicto a través de la hiperactividad
  • Conectores con tendencia a acoger o… a “salvar”. Mientras huyen del conflicto a través del drama.
  • Analizadores con tendencia a ordenar o… a encasillar. Mientras huyen del conflicto a través de la cavilación constante.

En fin, está claro que muchos diremos que somos una mezcla de todos ellos y que según el momento nos sale una u otra “personalidad”, pero… ¿Te atreverías a decir cuál predomina en ti? No hay nada malo en autodefinirnos, siempre que no seamos excesivamente rígidos en nuestra catalogación.

Foto de Shubham Dhage en Unsplash

Leave a comment

  1. pues no sólo no me identifico con todos sin que no me veo en ninguno