Déjate en paz. Deja de sabotear tu felicidad.
Uno de los primeros descubrimientos que uno hace cuando se mete en el ámbito terapéutico es que el principal problema de muchos de los “impacientes” que vienen a consulta resulta ser que, sin saberlo, ellos mismos son los que se sabotean la felicidad. Se trata pues más de “dejar de” que de “empezar a”.
Bueno es pues recordar una vez más el “podio” de esos principales saboteadores: el perfeccionismo, la prepotencia y la procrastinación.
Pero mejor aún ahondar en cómo ponerles remedio.
Frente al perfeccionismo hay que demostrar flexibilidad y dar mayor crédito a la prueba, a la acción sin tanto filtro. Sin riesgo, sin algo de tensión (distrés) no hay avance ni ganancia. Cambia el ideal por lo real.
Frente a la prepotencia hay que demostrar apertura al aprendizaje vicario. Siempre hay alguien que ya lo ha intentado, pero si no dejamos que nos cuente peligros y virtudes andaremos tan solos como perdidos. Cambia el “Ya sé” por el “Cuéntame”
Frente al “Siperonismo” y la procrastinación hay que demostrar responsabilidad y proactividad. (Ganas) Sin emoción y decisión no hay acción. Que nada te detenga. No hay tiempo que perder. Recordemos que “Tenemos dos vidas. Y la segunda empieza cuando nos damos cuenta de que sólo nos queda una.”
Todo lo cual en cierta medida se correlaciona con los 5 rasgos (Big Five*) que establece uno de los más grandes estudios sobre los principales rasgos que definen la personalidad humana, y que se resumen en:
- Grado de amabilidad/flexibilidad (que condiciona el nivel de aceptación) frente a la rigidez y autoexigencia del perfeccionista.
- Grado de apertura a la experiencia frente a la pedantería y cerrazón del prepotente.
- Grado de responsabilidad (capacidad de asumir responsabilidades en lugar de buscar excusas y culpables) frente al “Siperonismo” y la procrastinación.
Y otros dos rasgos añadidos que resultan también claves para poder avanzar mejor o peor:
- Grado de neurótica ansiedad (sufridores) que nos hace “adictos al Insight”, a tomarnos la vida “demasiado en serio” vaya.
- Grado de excéntrica sociabilidad que define a los “pollos sin cabeza” solo preocupados por remover y demostrar.
Todo ello sin menoscabo de los que un buen amigo llama “pollos asados” que conjugan ambos hándicaps: exceso de cavilación, de darle vueltas a las cosas, y sobredosis de acción en “rotonda” sin fin.
Pues eso, mi mejor recomendación para estas vacaciones es que aprendamos a dejarnos en paz, que, si dejamos de sabotearnos y temerle a la incertidumbre, emergerá una autorregulación tan tranquila que se nos asemejará mucho a la felicidad.
Pruébalo, ya verás como te gusta.
*Estudio Goldberg que ha dado pie al Modelo OCEAN = Openess (Apertura) Consciousness (Responsabilidad) Extraversion, Agreebleness (Amabilidad) Neuroticism (Ansiosa inestabilidad)
Foto de Priscilla Du Preez en Unsplash